A través del país
corren los nueve afluentes
repletos, repletos.
De norte a sur
corta una línea
honda, honda.
En la bruma azul
de la lluvia y la niebla
se elevan, confusas, sobre el agua
las colinas de la Serpiente y la Tortuga.
La grulla amarilla
se ha marchado
¿Quién sabe dónde ha ido?
Sólo queda
este lugar de reposo para el viajero
Levanto mi vaso y brindo
por el embravecido torrente.
La marea de mi corazón
sube tan alta como las olas.
Mao Tse-Tung, 1927
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