En esta obscura noche, tú y yo somos
quienes danzan al
son de las dos lunas,
de su canción
callada, rota y bruna,
sobre alfileres
dóciles y romos
Sería un estropicio
si los plomos
impidieran, en pleno
acto, que fluya
la luz bajo la cual
bombea abrupta
y lenta, nuestra
sangre hecha dos domos
Quisiera recordar
los buenos días
aquellos que,
vestidos de tu blanco,
quedaron entre mi
boca y el camino.
Quisiera olvidar los
malos días
aquellos que,
teñidos de tu llanto
resquebrajan tu vals
(molt) cristalino